
Seguro te ha pasado. Tus amigos están muy indignados porque los dejaste en visto en Whatsapp, pero en realidad no fue porque los hayas ignorado, ¡se te olvidó contestarles!
Nuestro estilo de vida nos exige estar conectado con el mundo a todas horas, además de entregar el 200% en el trabajo y ser “proactivos”; pero este ritmo de vida, en lugar de encaminarnos al éxito, nos lleva al fracaso.
De acuerdo con el portal El País, actualmente las personas sufren más al no poder alcanzar el éxito profesional y porque en su mente, por culpa de ser multitareas, siempre tienen la sensación de que les hace falta hacer "algo".
Según la neuróloga Frances Jensen, a este fenómeno se le conoce como “Demencia del preocupado” y consiste en la alteración de la razón y pérdida o debilitamiento de las facultades mentales.
Este fenómeno ocurre por las constantes preocupaciones de realizar actividades de una manera tan veloz como se nos exige.
Nuestro cerebro, al no poder con la demanda y pasar de actividad en actividad, pierde la atención y olvida todo lo que se debía hacer.
La culpa de todo esto es ser “multitarea”, que más que hacernos cool o ayudarnos a sobresalir en el trabajo, satura nuestro cerebro y lo obliga a bajar la calidad y productividad.
¿Cómo saber si lo tengo?
Una manera de detectar la “Demencia del preocupado” es notar si cada vez nuestra productividad baja a pesar de que te esfuerces, tienes mala concentración y un sentimiento de indecisión.
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